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Existen muchas formas de afrontar el cáncer y Randy Pausch lo hizo a su manera: legando 'La última lección'. Convertido en toda una celebridad tras su muerte, el pasado 25 de julio, su libro ya está disponible en español (Editorial Grijalbo). La obra, traducida a 32 idiomas, ha vendido en todo el mundo más de cinco millones de ejemplares.

Su inicio no puede ser más impactante: "Tengo un problema de ingeniería. A pesar de que, en su mayor parte, estoy en excelente condición física, tengo 10 tumores en el hígado y me restan unos cuantos meses de vida".
Portada de libro.

Portada de libro.

De frente, sin pestañear, analizando los problemas como si se enfrentara a una pizarra llena de símbolos incomprensibles, este catedrático de informática y columnista de 'The Wall Street Journal' fue invitado a sumarse a una costumbre de algunas universidades norteamericanas que invitan a los profesores a mostrar por última vez sus enseñanzas.

Aceptó, con la peculiaridad de que en este caso iban a ser realmente unas famosas últimas palabras. Su conferencia sino sobre las lecciones que extrajo de la vida. Pausch se lo planteó como el legado para su esposa y sus tres hijos.

No es sencillo contener las lágrimas a lo largo de este conmovedor discurso, pero merece la pena intentarlo al escuchar la última lección. Una hora y 16 minutos de vigorosa pasión, candor y deseos de compartir las enseñanzas de una vida que mereció la pena ser vivida.

Randy Pausch

Su última conferencia





Pausch expuso su «última conferencia» en la Universidad Carnegie Mellon el 18 de septiembre de 2007. La charla formaba parte de un ciclo de conferencias en el se pedía a varios profesores universitarios profundizar en el auténtico sentido de sus vidas para dar una hipotética «última conferencia» respondiendo a la pregunta «¿Qué sabiduría impartirías al mundo si supieras que es tu última oportunidad?»

Un mes antes de la conferencia, Pausch recibió el pronóstico de que su cáncer de páncreas, del que había sido diagnosticado un año antes, estaba en fase terminal. Lejos de negar su enfermedad, decidió vivir plenamente sus últimos meses de vida. De hecho, antes de dar comienzo a la conferencia, Pausch mostró a todos los once tumores que poblaban su hígado con las palabras «No podemos cambiar las cartas que nos han dado, sólo decidir cómo jugar con ellas».

Durante la conferencia el profesor se mostró optimista, desplegando un gran sentido del humor y una excelente forma física, a pesar de su cáncer. En su emotiva intervención ofreció sus pensamientos en torno a la informática, la colaboración interdisciplinar, la educación, la interacción personal y el sentido de la vida.